28 mayo, 2009

Cicatrices

Cualquiera que se haya acercado por este mundo de hojalata sabe que aquí entre otras cosas, se recuerda.

Algunas veces se recuerda para quedarse en un lugar que hubo y ya no existe. No conviene. El recuerdo puede subir por los pies y enredarse entre las piernas causando un dolor intenso y bastante dulce. La melancolía es la felicidad de estar triste dijo Victor Hugo. La tentación de quedarse ahí puede ser grande. La cicatriz será fea y dolerá toda la vida. Queloide, se llama.

Puede también recordarse para vaciar el recuerdo de sí mismo. Recordar una y otra vez, como ese anuncio que pensé dejar aquí hace un tiempo: Vendo recuerdos desgastados por el uso.

Pero un día una mira al cielo y está azul y decide devolver al recuerdo su valor, no para golpearse contra él sino precisamente para olvidarlo como se olvidan las cosas que no se mueven de su sitio. Dejarlo guardado ahí, donde se va a quedar para siempre. Recuerdos acomodados. Recuerdos de días horizontales con fuegos artificiales a lo lejos y la sensación de que allí también nos estaban celebrando. O aquel momento en que...


Queda para mí.


Ya no vendo recuerdos. No quiero vender ninguno y si algún día encontraste un recuerdo mío y te vestiste con él, te pido que me lo devuelvas.


Mis heridas han cicatrizado bien. Ahora las acaricio, tengo que ser yo quien lo haga. Y compruebo que ya no duelen, que su relieve va disminuyendo y su color se parece cada día más al de la piel normal. Además están dejando una huella que nunca querré borrar porque ya no necesito hacerlo.


Foto: princesadehojalata

22 comentarios:

vfedor dijo...

la cicatriz, pone en evidencia el corte sobre la piel
la sangre, hace evidente la herida.

hay cicatrices que se transforman en una decoloración de la piel,
las heridas, en cambio, viven en el recuerdo

Los viajes que no hice dijo...

Durará toda la vida.
Pero no dolerá.
Y eso es un triunfo. Que llega un día en que te ríes con los amigos de lo mal que estabas...

Isabel Mercadé dijo...

Las cicatrices bien limpias y cerradas hasta son hermosas. Certifican que has vivido, que te has arriesgado, que tal vez te has lanzado por un pendiente pedregosa hacia un final desconocido, o has saltado sobre ortigas al borde de algún abismo o caminado rozando las brasas de algún fuego fatuo...o... no hasta, defintivamente, son hermosísimas.
Un beso, preciosa.

AdR dijo...

De recuerdos estamos hechos, eso pienso.

Yo intento no quedarme a vivir en ellos, ni recrearme. Curioso que hoy haya querido yo recordar un recuerdo... pero no los vendo. Eso lo dejo para un relato que escribí hace un tiempo.

Yo también tengo cicatrices, es lo que nos hace grandes.

Besos

Irreverens dijo...

Creo que me falta información para saber de qué tipo de cicatrices hablas, exactamente.

De todos modos, celebro que ya no duelan.
:)

Un beso

Alex dijo...

Me gustan las cicatrices. De pequeño, me gustaba mirar la que adornaba la parte superior de la frente de mi hermano. Después, el tiempo y el sol la hicieron desaparecer casi por completo. Me gusta acariciar y contar las cicatrices en otros cuerpos. Es una prueba de que se ha vivido.

Tengo una, en forma de uve invertida, en mi pierna izquierda. Tendría ocho años cuando un alambre de espino surcó mi piel. Durante el resto de mi vida, mi padre inventó docenas de historias para aquella cicatriz. Decía (él era así) que toda cicatriz debe tener una buena historia detrás.

Las cicatrices emocionales son más difíciles de borrar, pero se diluyen. Cuestión más del azar que del empeño.

Haces bien en no vender tus recuerdos. Son parte de ti.

alba dijo...

Me encanta esta entrada, Princesa, me ha emocionado. Será por lo que me ha costado a mí asumir ciertas cicatrices, aprender a acariciarlas, a mirarlas y no sentir tanto (porque siguen doliendo siempre, aunque sea sóloun poco) dolor. Por lo que me ha costado abrazarme a ellas para seguir, quién sabe, si en busca de nuevas cicatrices.

Un dulce beso.

Selma dijo...

Qué te voy a contar yo, que llevo en la cara una cicatriz causada por tus dientes de hojalata, hace muchos, muchos años: ya no duele, me río cuando recuerdo su origen, me despierta sensaciones entrañables, y me alegro de tenerla, significa que estoy viva.
Veo que a ti te pasa algo parecido.
Ah, y mi enhorabuena por la exitosa cicatrización!

Hermi dijo...

En "Tiburón" los protagonistas se jactan de sus cicatrices y casi lamentan no haber sufrido algunas más. Cada una tiene su historia y cada historia es vida.
Pero yo digo como en "El hormiguero" ¿Eso es culo o teta? quiero decir: ¿qué parte de la anatomía es? ¿Pierna, brazo? perdona pero seguramente me falta información. Es solo curiosidad.
Un abrazo.

Angéline dijo...

Es curioso, tú con las cicatrices y yo con el bolero.. no estoy mucho para palabras últimamente así que te mando un beso grande y un apósito frío que no caduca, envuelto como siempre en copos de nieve dulce.

Gabriel Ramírez dijo...

Cuidado con los cambios de tiempo. Tienden a reclamar su importancia y molestan.

Belén dijo...

Olé olé olé!!!!!

eso es, que no duelan!

besicos

princesadehojalata dijo...

jaja Hermi! también pensé en el hormiguero cuando me hice la foto. Muslo, es muslo.

Besicos Belén!

No es malo sentirlas de vez en cuando Gabriel, además si avisan de cambios mejor así no me pillarán desprevenida.

Angéline, el apósito lo guardo con el kit que me enviaste ;), un beso.

Selma, en nuestras cicatrices está nuestra vida en común, no hay duda. Tú siempre has acariciado las mías. Yo a veces te las produzo en cambio...espero que no me lo tengas en cuenta! (y que sean sólo las de la piel).

(* salir en busca de nuevas cicatrices, así es como elegí vivir hace tiempo y tú también. Tu frase me ha recordado el Confieso que he vivido de Neruda.

Alex, dices cicatriz y dices adornar. Nuestras cicatrices se parecen, la de mi muslo también está producida por un alambre de espino, pero me refiero a las otras.

Irre, l´amour, qué si no...

Adr, me gustaría leer ese relato. Besos.

Bel, si que son bonitas. Las cicatrices de otros siempre se recuerdan, verdad? La piel es un órgano muy sabio, sabe cómo dejar impronta.

Viajes, vamos a celebrar tu felicidad de hoy riéndonos de mi tristeza de ayer.

Vfedor, qué bonita tu segunda frase, me la guardo...

Besos a todos.

troyana dijo...

Princesa de hojalata,como ha dicho Bel, las cicatrices certifican que has vivido y que te has arriesgado.Me ha gustado ese final,cuando dices que han dejado una huella que nunca querrás olvidar porque ya no necesitas hacerlo.Eso confirma que has aceptado e integrado el dolor que esa herida supuso en su día,y ya no tienes que mirar a otro lado porque ese dolor no te ha paralizado ni te ha impedido avanzar.
bss

NoSurrender dijo...

el problema y la solución es que los recuerdos no se desgastan nunca. Sólo se transforman, cargados de presente.

Besos.

Jesus García L. dijo...

Es muy buena la reflexión y la conclusión, pero las cicatrices forman parte de nosotros, de lo que somos o hemos sido y aunque llegen a no doler, siempre están ahí para mirar atrás.

Un saludo

Anónimo dijo...

<< Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio. >>

Historias de Cronopios y Famas
Julio Cortazar
Tal vez haces bien en ordenar tus recuerdos. Pero tal vez haces mal en reclamar a otro que se rinda y devuelva los recuerdos que tiene de ti. Esos ya no te pertenecen.

El desprendimiento es importante, lo demás es cirugía estética.

princesadehojalata dijo...

Troyana, gracias por la reflexión, seguimos caminando, es cierto. Un beso.

Nosurrender, me gusta eso de recuerdos cargados de presente, me gusta...

Jesús, graciaas. Es cierto que se quedan ahí, pero ya no molestan.

Anónimo, estoy de acuerdo contigo. Hace unos meses dejaba mis recuerdos por cualquier lado, no sabía qué hacer con ellos y los quería lejos. Son esos recuerdos los que pido que se me devuelvan. Los recuerdos de otros no me pertenecen, aunque esté en ellos. Eso lo sé y me parece bien que sea así.

begusa dijo...

yo tampoco necesito borrar esas huellas... pero a veces me gustaría seguir conservando esa capacidad... la felicidad sería más libre... y más plausible

Paco dijo...

Es muy bonito esto que has escrito.

desconvencida dijo...

Ultimamente sólo leo preciosos post sobre recuerdos:

http://rairobledo.blogspot.com/2009/06/es-curioso-como-los-recuerdos-vienen.html

entrenomadas dijo...

Hola, princesa de hojalata.
Muchas, muchas gracias por tu comentario. No recuerdo uno tan bello en mucho, mucho tiempo.
Me alegro que nuestro amigo en común sea Francisco, un buen tipo y un buen editor.

Besicos,

Marta