15 abril, 2009

Tocar el suelo




"¿Tú jugabas a que si uno tocaba el suelo se acababa el mundo? Con mi hermano jugábamos a que uno tenía que saltar en cojines, en ropa, en almohadas, porque si uno llegaba a pisar el suelo, se acababa el mundo." En la cama, de Matías Bize.


Veía la película con un sólo ojo (el otro lo tenía tapado por una queratitis) y dos oídos cuando escuchó esa frase y tembló. Porque eso era lo que había pasado durante aquel tiempo, durante su tiempo: que cuando pisaba el suelo se acababa el mundo porque el mundo era lo que sucedía allí, en esa cama que a veces era otra pero la misma. Brazos y piernas enredados, el sonido que formaban ellos dos, un mundo horizontal en primera línea de cama, amueblado y con vistas al mar. Un mundo que se terminó porque pisaron el suelo con los dos pies y que aquel día mientras veía la película recordó y le hizo llorar por un sólo ojo.

La película también le hizo preguntarse qué es un final feliz. Porque lo que cuenta es la historia de dos (hasta casi entonces) desconocidos que tienen un encuentro sexual en un motel y lo que pasa en la cama de ese motel en las horas siguientes: conversan, hacen de nuevo el amor con más ternura, se desnudan de palabras, van pasando las horas... y ninguno de los dos quiere irse de allí. Y ella cree que lo importante no es si terminan o no juntos, sino lo que sucede durante el tiempo que comparten esa cama. No sabe si la película acaba bien o mal. Ese no querer irse es lo que le importa.

19 comentarios:

AdR dijo...

Lo que cuentas me deja bloqueado, porque me lleva a situaciones en las que quise parar el tiempo y no bajarme de la cama donde estaba.

Tengo que ver esa película...

O quizás no sea recomendable, no sé.
Caminaré por el aire para que no se acabe el mundo.

Besos.

Irreverens dijo...

mmmm... Me has hecho recordar algo intenso, Princess.

Yo soy de la opinión que hay auténticas historias de amor que duran horas, días, pero no más. Son amores de límites bien definidos, ya sea por las dimensiones de una cama o de una tienda de campaña.

Un beso con dos ojos.
:P

Gabriel Ramírez dijo...

La vida no es más que eso: un buen puñado de instantes que se suceden y que debemos agarrar para disfrutar de ellos. Al fin y al cabo, estamos hablando siempre de algo inexistente porque el pasado ya no es, el presente acaba de ser y es pasado, y el futuro está por venir. Lo importante es la experiencia.

begusa dijo...

... y ningun@ de l@s dos quiere irse de allí... ese no querer irse es a la vez adictivo y peligroso... sobre todo cuando en una cama hay más de 2 personas (al menos mental o fantásticamente)...

desconvencida dijo...

"Ese no querer irse es lo que le importa"

Vaya forma de acabar un post, princesa, me ha encantado...

La película no la he visto, aunque hace tiempo que la tenía fichada... su argumento me recuerda a una comedia romántica australiana, "Mejor que el sexo", se deja ver bastante bien...

Los viajes que no hice dijo...

Yo es que te leo y te leo y no sé qué decirte... Porque sólo tengo ganas de darte un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias princesa, por lo que cuentas en este blog y por lo bien que lo cuentas.
Anónima

marcela dijo...

Hay días en los que de repente te visita una princesa, auténtica, no del tipo real. me ha gustado tanto tu blog que me he sentido orgullosa de tu visita.
Y ahora ya no me quiero ir, voy para atrás y vuelvo. Y volver y no querer irse, eso es lo que cuenta.
Luego hay camas de esas..yo también las he conocido, pero al contrario de lo que opinan los chicos en tu blog, no duran dos días. No quiero marcarme un farol pero yo me he pasado días enteros en la cama. (homenaje a Duras)
Un beso

EvitaBlu dijo...

Quiero querer que no me importe el tiempo. Mientras tanto, sufro.

Beso

Marisa Peña dijo...

Desde los blogs de Bel y de Francisco llego a tus mundos de hojalata y me ha gustado mucho lo que he visto. Belleza, ternura, fuerza, sentimiento. Volveré a perderme más a menudo. Un placer princesa.

NoSurrender dijo...

El final de todas las historias es siempre el mismo: la muerte. Sólo el hecho cierto de que un día hemos de morir solos da sentido a la existencia. Por eso tu historia tiene todo el realismo del mundo. No querer irse mientras suceda la vida. Besos!

princesadehojalata dijo...

O irse cuando la vida ha dejado de suceder, que es lo mismo pero no. Un beso nosurrender.

Eva, si sufres acuérdate de que el paso del tiempo hace cada vez las distancias más pequeñas, vale?

Bienvenidos a los nuevos visitantes, os saludo con una reverencia y un poco de sonrojo en las mejillas, qué majos! (Marcela, yo también)

Anónima, eres la anónima de siempre? un beso en cualquier caso.

Viajes, voy donde quieras a darte un abrazo.

Me apunto la peli Descon! Nos vemos en un rato.

Begusa, si hay más de dos, más que peligroso es chungo.

Gabriel, Irre, sí a todo. Suscribo lo que decís y también os beso.

Adr, supongo que quedarse bloqueado en cursiva es mejor que hacerlo sin cursiva...

Anónimo dijo...

Soy una anónima, una que no comentó nunca pero que hace tiempo te sigue.

Saludos
Anónima

EvitaBlu dijo...

Feliç dia de Sant Jordi preciosa.

francisco aranguren dijo...

Lo de no querer irse...eso es la verdad. Como cuando yo repaso -ahora, por problemas de capacidad- los mensajes que no he querido nunca borrar, que no he borrado desde hace años de mi bandeja de entrada. Eso es una realidad... Como esos objetos que siempre me acompañan y nunca tiro: esa Virgen de los Desamparados, ese portaretratos miniatura. Querer seguir juntos. Con ellos, aunque sea a través de ese objeto del que nunca nos separamos, del que nunca hemos pensado siquiera en separarnos. Es curioso. Es algo más firme que un propósito: es una evidencia. No quiero perderlo. Es como ese insistir en enviarnos un beso, tanto tiempo.

alba dijo...

Me la apunto. Porque mi cama es mi balsa, con libros, con música, en soledad o compañía, y cuando me caigo, chof, me llevan las olas hasta el fondo del mar.

Un dulce beso, princesa.

princesadehojalata dijo...

Mi cama es mi balsa también, el lugar en donde salgo a flote. Un dulce beso para ti también (*.

Como esas piedras que guardo de los lugares donde he sido feliz, porque las piedras son más resistentes que los recuerdos. Y no se van.

Feliz día Eva, ví todas tus flores, quedaron preciosas.

Saludos Anónima con mayúscula, gracias por venir por aquí. Un beso.

Alex dijo...

Puff... Eso de ver una película con un parche en un ojo me es familiar y cercano. Lo llevé durante dos meses sin llegar a acostumbrarme a él. Cuando iba al cine, esperaba a que se apagasen las luces para colocarlo en el ojo y no asustar a nadie. O era por vergüenza, no lo sé.

El único modo de sentirte cerca de alguien y llegar a conocerle es en una cama. Las conversaciones que allí se dan no podrían suceder en otro lugar. No he visto la que citas, pero hay otras ("Noche de verano en la ciudad", "Una relación privada"...) que han tocado el tema de las horas muertas con las luces apagadas.

princesadehojalata dijo...

Eso es cierto siempre y cuando creas que es posible conocer a alguien. Yo (ahora) lo dudo. Un beso Alex, un placer.

Empieza muchachada!