03 diciembre, 2007

Cuestión de tiempo



"Nunca supe lo que hacía Hanna cuando no estaba trabajando ni conmigo. Se lo pregunté más de una vez, pero nunca me contestó (...) Tampoco me la encontré nunca casualmente en la calle, o en una tienda, o en el cine. Decía que le gustaba mucho ir al cine, y durante los primeros meses insistí en que fuéramos juntos, pero ella no quería. A veces hablábamos de películas que habíamos visto los dos. En cuestión de cine parecía tener los gustos más variopintos: veía toda clase de películas, desde bélicas o folklóricas alemanas hasta la nouvelle vague, pasando por las del Oeste. A mí lo que me gustaba era todo lo que venía de Hollywood, fueran películas de romanos o de vaqueros. Había una del Oeste que nos gustaba especialmente; salía Richard Widmark en el papel de un sheriff que debe afrontar a la mañana siguiente un duelo que no tiene ninguna posibilidad de ganar; al anochecer llama a la puerta de Dorothy Malone, que le ha aconsejado huir, aunque él no le ha hecho caso. Ella abre la puerta. "¿Qué quieres? ¿Toda tu vida en una noche?" A veces, cuando yo llegaba rebosante de deseo, Hanna se burlaba de mí: "¿Qué quieres? ¿Toda tu vida en una hora?"
EL LECTOR, Bernhard Schlink

Hace dos semanas ví una video instalación del artista argentino Gustavo Romano en el museo MARCO de Vigo. Se trataba de una grabación de una escena en la misma calle en la que se encuentra el museo, un día cualquiera por la mañana. Frente al museo habían colocado un stand en el que podía leerse el siguiente rótulo: OFICINA DE REINTEGRO DEL TIEMPO PERDIDO. Dos personas situadas en el stand ofrecían billetes al que se atreviera a confesar en qué había perdido el tiempo. Esos billetes tenían la particularidad de medirse en unidades de tiempo. Así había billetes de un minuto, de una hora, un día, un mes, uno y hasta cinco años.
La gente se acercaba, en general con gesto divertido, y lo soltaba: "perdí cuatro años con un gilipollas", y ese tiempo le era devuelto en billetes al instante. "Perdí seis horas en una casa de la calle cuarenta y dos en Bombay", se lamentaba un señor después de explicar a qué se llamaba exactamente una casa en Bombay. Hasta las personas que negaban haber perdido nunca el tiempo pedían tiempo. "Perdí mucho tiempo en dar vueltas sin encontrar la solución" decía otro. "Pierdo el tiempo dándome baños de dos horas. Si estás mal, se te va todo por el desagüe" contaba una mujer joven.
Y el tiempo, más valioso que el propio dinero, que era al fin y al cabo lo que quería demostrar el artista, volvía a los bolsillos de esas personas, que se marchaban un poco más contentas y bastante más ligeras. Sobre todo aquella chica que pidió cinco años para regalárselos a una amiga, por ser ése el tiempo que su amiga había perdido esperándola.
Lo que no me quedó claro es si ese tiempo recuperado podía perderse de nuevo. Si sería posible perderse contigo en ese tiempo. Quedarnos solos. Y que nadie más pueda encontrarnos.
Eso es lo que quiero. Toda mi vida en una hora, en una noche, en ese tiempo perdido.

13 comentarios:

UnaExcusa dijo...

El tiempo que se pierde, a veces se gana.
Espero que puedas perderlo de nuevo.

(Qué maravilla de texto).

Anónimo dijo...

Extraordinario post Princesa. Creo que voy a perder el tiempo muy gustosamente pensándolo. Merece la pena.
No sé si sería posible toda una vida en una noche, pero al menos que la vida no fuera sólo noche. Sé que debería explicar esto bastante más, pero eso si sería perder el tiempo;-)
Un beso

Mariano Zurdo dijo...

¿Qué quieres? ¿Toda tu vida en una hora? Me quedo con esa frase...
Yo quiero perder el tiempo a su lado. Todo.
Besitos/azos.

CGR dijo...

Prefiero la intensidad y, sobre todo, prefiero mantener la intensidad. Cada día es una aventura interminable y fascinante. Cada día nos ofrece la oportunidad de conocer a alguien especial. Basta con estar atento y con saber mirar. No hay una sola persona interesante, sino muchas.
No toda tu vida en una hora. Eso es muy limitado. Más bien: una vida llena de horas memorables.

begusa dijo...

me gustaría a mí tanto perderme con el señor X en esa hora... y que durara... para toda la vida...

francisco aranguren dijo...

Un amigo escribió un libro y me preguntó qué me parecía. Le dije que había trozos que me gustaban mucho y otros en los que el ritmo bajaba. Me contesto que estaba bien, que eso era necesario, pues lo mismo que en el buen jamón tiene que haber un poco de grasa, una novela ha de tener alternativas.
En cuanto al juicio sobre el pasado, yo desconfío de echar la vista atrás y decir si perdimos o no el tiempo. La realidad única que tenemos es este momento en que te escribo y me siento cerca de tí (por ejemplo). Lo otro -la duración, los años- es una creación de la memoria que falsea mucho las cosas. El tiempo ha desaparecido para el que quiera ser libre, solo ha de contar ahora, cómo estás ahora, soñando, elevándote. Un beso desde Sevilla.

Angéline dijo...

Recuerdo esta novela con cariño, y especialmente esa frase, ¿Toda tu vida en una hora? Así comencé mi post para la blog entonces y parece como flotar en el tiempo. Tiempo.. jamás he sentido que lo pierdo pero últimamente lo veo pasar a gran velocidad. Sé por qué y lo que pretende, ese salto a la desesperada para que me suba a él en momentos irrepetibles. Por mí que no quede, al fin y al cabo la vida me parece una eterna e infinita carrera. Besos, Princesiña.

Kim dijo...

Princesa, a tus pies.
Excelente entrada. Da gusto leerte, y no sólo en el blog... (ya sabes por dónde voy...)

NoSurrender dijo...

un proustiano enfebrecido como yo busca el tiempo perdido continuamente. Ya me pasaré por allí :)

Vivianne dijo...

Yo dejaría de comer y beber para tener toda mi vida en una hora pero acompañada del amor que me quita el sueño y las ganas de vivir, lindísimo post, una maravilla haberlo encontrado, desde Santiago de Chile la capital del smog..
Mis cuentos fotos recuerdos..

Elena -sin h- dijo...

Me ha encantado la idea, el libro lo apunto en mi lista de futuras lecturas.

Aunque quizás a alguien debería ocurrírsele qué hacer con el tiempo desaprovechado...

La independiente dijo...

Hola Princesa,
Me ha encantado la entrada. Yo también creo que lo mejor es esa pregunta: ¿Qué quieres? ¿toda tu vida en una hora?

Un beso,
X.

princesadehojalata dijo...

Uy, ahora me doy cuenta de que no había contestado a nadie.
Gracias a todos por buscar el tiempo perdido para volver a perderlo conmigo aquí.
Me encantó EL LECTOR, en 2008 Angéline, Francisco y yo (de momento, alguien más se apunta?) leeremos juntos EL REGRESO, que es lo último que ha escrito Schlink (siempre nos quedará Schlink porque siempre nos quedará el deseo de querer regresar).

Besos, todos los que quepan en una hora.