26 octubre, 2006

La dama del Tajo y su caballero

Pues sí. Mucho mejor ir que soñar que se va. Lisboa, con un río que huele a mar, es algo y su contrario. Una lengua que canta, un suelo que brilla, una ciudad que supo ser elegante (todos allí caminan erguidos) cuando le tocó fracasar.
Un lugar nuevo para mí y lleno de calles que ya había pisado. No fui a Lisboa. Volví a ella.
Intenté evitar a Pessoa. Juro que lo intenté. Pero al cuarto día no pude más y me lancé a sus brazos de bronce. Y en la librería que está junto a su estatua, en el café A brasileira, me rendí al merchandising. Libreta, llavero, camiseta y taza. Me traje a Pessoa y sus heterónimos en todos los formatos posibles.
Os dejo con él:
"El despertar de una ciudad, sea con niebla o de otro modo, siempre me resulta más conmovedor que el rayar del alba en el campo. Una aurora en el campo me hace sentir bien, una aurora en la ciudad me hace bien y mal y por eso hace que me sienta mejor. Si, porque la mayor esperanza que me trae tiene, como todas las esperanzas, el sabor lejano y nostálgico de no ser realidad. Una mañana en el campo existe; una mañana en la ciudad promete. Una hace vivir, la otra pensar. Y yo sentiré siempre como los grandes malditos, que es mejor pensar que vivir."

Y me despido con el otro, su amigo Mário de Sá Carneiro, suicida a los 26 años:

“Me perdí dentro de mí
por ser yo un laberinto
y hoy, cuando me siento,
tengo saudades de mí”

(Es que lo dicen todo tan bien…)

Adeus, muitos beijos. El próximo día fotos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy una enamorada de Portugal ( entera ). Lisboa me inspira algo muy parecido a lo que a ti.
Gracias.
Ana.

pies diminutos dijo...

Umm! Nunca he estado en Portugal pero soy una enamorada de su lengua (la estudié hace un tiempo) y de su literatura. Precioso post. Da pena que compartamos la misma península y que vivamos "da costas", es decir, de espaldas a Portugal.

Anónimo dijo...

Ah, Pessoa, el hombre que fue laberinto él mismo, con todos sus seudónimos jugando a ser él, u otro, no se sabe, la misma tristeza siempre, la misma luz elegante y decadente, finísima y tejida en un oro que fue de cada esquina de Lisboa.

A Lisboa es mejor pensarla, pero estando allí, pues no cabe en el recuerdo de tan hecha para el recuerdo que es. Por eso se siente uno, incluso la primera vez, como si siempre hubiera estado allí, porque tan pronto llegas ya la estás añorando.

princesadehojalata dijo...

Gracias a tí Ana. Lisboa es preciosa.
Piesdiminutos, precisamente hablé con un lisboeta de eso, de que no miramos a Portugal. Me dí cuenta de que ellos sí lo hacen, nos miran y aunque algunos todavía lo hacen pensando, como en el dicho popular, eso de que de España ni buen viento ni buen casamiento, creo que nos profesan un gran respeto y creo que los españoles les gustamos bastante. Tenemos mucho que aprender de ellos.
Balcius, ayer ví una obra de teatro de los últimos días de Pessoa en la que se mezcla realidad y fantasía de forma muy inteligente. Un Pessoa delirante dialoga con sus heterónimos a los que sigue utilizando como coartada hasta el final, poniendo en su boca lo que él no se atreve a decir y sintiendo lo que él no se atreve a sentir. "Yo no quería ser un poeta. Quería ser una generación de poetas" dijo Pessoa. Yo creo que lo consiguió.

El detective amaestrado dijo...

Pues me apunto a esa amor a Lisboa, a Porto, a Portugal entero...Este verano estuve en Porto, y allí descubrí la librería mas bonita del mundo, Librería Lello...Pocas veces me he sentido tan feliz, conjugando el amor con una ciudad con el amor por los libros

princesadehojalata dijo...

Qué ganas de visitar esa librería, detective amaestrado! Y también de conocer Porto. A ver si voy pronto. Te visito en tu blog. Saludos.

Angéline dijo...

Yo disfruto viéndote feliz. Quizás Lisboa se rindió a la visita, a las ciudades les gusta que las sueñen, que las recorran con ojos de sorpresa. Después te premian con una bruma extra en los parajes más nostálgicos o un viento suave en los parques con árboles frondosos. Sonido, olor y recuerdos. Un beso, Princesiña.

princesadehojalata dijo...

Un beso Angéline, mañana nos vemos en Tokyo.

Txe Peligro dijo...

lisboa, toda desconchada

princesadehojalata dijo...

Hola txe, desconchadamente decadente, así es Lisboa.

Quería terminar los comentarios con estas frases leídas y guardadas en algún bolsillo: "El regreso no es el final del viaje. El final del viaje es no querer regresar."

Abrazos.

Alex dijo...

Pessoa escribió que nunca supo vivir. La vida le superaba por eso, porque la observaba mientras los demás la usaban, la comprendía. La correspondencia que mantuvo con Sá Carneiro estremece.

Estuviste en la ciudad blanca y la disfrutaste. Lo sabía, lo leí. Debe ser un lugar especial.

princesadehojalata dijo...

Interesante reflexión, propia de una persona que también observa la vida...

Un beso.