"Cada día te recuerdo con una complicidad arrasadora. Una complicidad inexplicable que parece provenir de más tarde, de muchas cosas que no nos han pasado."
El viajero del siglo, ANDRÉS NEUMAN
Hace tiempo que sé de la capacidad del hombre para amoldarse a las situaciones más adversas con rapidez. Lo que está siendo nuevo es lo contrario. Desde hace un mes me siento a tu lado y me dan ganas de hablarte de aquel viaje que hicimos juntos hace diez años, cuando faltaba tanto tiempo para encontrarnos. De la noche que pasamos tumbados en la arena contando estrellas de gominola. De aquel día de verano en que nos quedamos en casa y vimos Cosas que nunca te dije y cuando la peli se acabó bajaste corriendo a buscar helado y lo comiste sobre mi ombligo. Y mi sonrisa mientras lo hacías.
El viajero del siglo, ANDRÉS NEUMAN
Hace tiempo que sé de la capacidad del hombre para amoldarse a las situaciones más adversas con rapidez. Lo que está siendo nuevo es lo contrario. Desde hace un mes me siento a tu lado y me dan ganas de hablarte de aquel viaje que hicimos juntos hace diez años, cuando faltaba tanto tiempo para encontrarnos. De la noche que pasamos tumbados en la arena contando estrellas de gominola. De aquel día de verano en que nos quedamos en casa y vimos Cosas que nunca te dije y cuando la peli se acabó bajaste corriendo a buscar helado y lo comiste sobre mi ombligo. Y mi sonrisa mientras lo hacías.
Recuerdos falsos, tan verdaderos como una vela soplada de madrugada, el instante decisivo del que hablaba Cartier Bresson, por fín lo entendí. El momento del suave calambre que sube desde el ombligo justo en el instante en que formulas una pregunta tan tuya, tan de niño, tan: ¿pido un deseo?.
Y un rato después en la radio Nena Danconte canta es que no entiendes que en la vida, princesita, también hay que aprender a ganar. Y me quedo pensando...
Y un rato después en la radio Nena Danconte canta es que no entiendes que en la vida, princesita, también hay que aprender a ganar. Y me quedo pensando...
14 comentarios:
Me gusta Cartier Bresson.
Me gusta la idea de estrellas de gominolas.
Me gusta lo que he leído aquí.
(y me gusta el mar y su arena en la noche)
Cariños!
Princesa,
totalmente de acuerdo con la primera cita de Neuman,a veces,conoces a personas con las que la complicidad surge instantánea y te resulta increíble pensar que prácticamente las acabas de conocer.
Y qué decir de tu relato,sólo se me ocurre subrayar esa frase de la canción de Nena Daconte,que hay que aprender a ganar,que a veces el viento sopla a favor,y que a veces solo topamos con nuestras propias trampas que se resisten a la idea de que también se puede ser féliz.
Esto promete, pequeña.
:)
Gracias por citar el párrafo y la frase de la canción. No puedo estar más de acuerdo en todo.
Besos
Qué belleza de cita la de Neuman.
Bellísimo post.
Un besico,
Marta
Te acostumbras con más facilidad a los golpes que a las caricias. Es por eso que es tan difícil aprender a ganar.
Tengo la sensación de que recibirás muchas caricias. No des muchos golpes, aunque tus codos surga de vez en cuando un buuuuu...
No aprendemos a ganar ni a perder porque nunca perdemos o ganamos del todo.
Ese es el problema.
Muy bonito. Dulce. Envidiable tu capacidad para soñar y para explicárnoslo.
Un beso grande.
Hay recuerdos que son reales.
Y si no exsistieran ni perder ni
ganar. Yo sé perder y estoy aprendiendo a saber ganar.
Besos, y me gustó mucho la cita
Me gusta tu blog, princesa. Me transporta a un espacio en que puedo soñar largamente, y te agradezco por eso.
Saludos
Tengo ganas de leer algo de Neuman, ¿por dónde me recomiendas empezar?
Pido disculpas por la intromisión. Me ha gustado el texto. Y sí, creo que llevas razón, hay gente a la que acabamos de conocer y notas esa complicidad, yo lo llamo swing y hay personas con las que te pasas media vida y sin embargo notas un muro grueso de cristal...
El problema es que no sabemos ganar, creo que muchas veces sin salir a jugar ya pensamos en la derrota...
A veces cuando pierdes, ganas.. le dice Christy a Annie en "Más allá de los sueños". Y es cierto, como también lo es cuando ella dice lo contrario. El puesto de observación es definitivo, hacia dónde se inclina en cada momento nuestra expectativa, o la necesidad de que ganar o perder nos reporte una sensación de justicia y placer. Unas veces con los pies en el suelo, otras en las nubes, la prueba de fuego es despertar y no tener que preguntarse ¿lo soñé? Besos, Princesiña.
Gracias Lena, bienvenida al mundo de hojalata!
Pues sí Troyana, de toda la vida... :)
Me alegro de que estés de acuerdo Irre, coincidir contigo me encanta y nos pasa bastante a menudo.
El libro de Neuman está muy bien Entrenómadas, a ver si te animas a leerlo, es muy propicio para el verano.
Los golpes se notan más que las caricias, sobre todo si llevas puesto un vestido de hojalata. Pero Alex, yo también tengo esa sensación de la que hablas...
Bueno Gabriel, ese es el problema y esa es la suerte, sería horrible una vida llena de victorias, no , no me gustaría ganar siempre.
Gracias Bel, un beso grande. Feliz verano, llénalo de pétalos.
Viajes, le hablé de ese recuerdo, el del helado en mi ombligo...y lo recordaba tan bien que volvió a pasar, lo hizo de nuevo.
Besos Marcela, ya somos dos aprendiendo a ganar.
Okuss, gracias por la visita, ojalá vuelvas por aquí a soñar o a lo que quieras.
Descon, prueba con La vida en las ventanas o con Bariloche, me gustaron mucho los dos. Pero antes que nada lee algunos de sus cuentos, La mujer tigre es mi favorito. Y sus poemas, eso también. Es bueno en todo!
Stnoes, de intromisión nada. Es verdad lo que dices, y creo que es porque salir derrotados es más fácil, te quita toda la responsabilidad de ser feliz. Triste pero cierto.
Angéline...empiezo a creer que no lo soñé :) Un beso grande hadiña. A veces cuando pierdes ganas. Lo importante es levantarse todos los días, poner un pie en el suelo, luego el otro, y caminar.
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