06 enero, 2009

el Hombre

Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.


Editorial de El País 06/01/2009, último párrafo:

"Ante la ocultación de Washington, la insuficiencia de la UE y la forzada parsimonia del Consejo de Seguridad, más la patética carencia de voluntad de acción internacional del mundo árabe, sólo Israel puede parar a Israel, ante el espanto de la opinión pública mundial; y sólo Hamás puede convencerse de que su acción es suicida, además de criminal. El mundo mira y se estremece, los actores matan y, sobre todo, en la parte palestina, mueren."


No queda mucho más que decir. El otro día un soldado hablaba del miedo. Del miedo a tener poder, a llevar un arma encima y ser capaz de usarla. No explicó en qué momento concreto fue consciente de ese poder pero sí dijo que cuando lo sintió se marchó de Gaza.
Tal vez sea posible seguir creyendo en el Hombre. Al fin y al cabo es lo único que nos queda.

9 comentarios:

Pablo.- dijo...

Lo que escribes es hermoso. Todo ello. Pero no sirve, por un motivo sencillo.

Para que sea aplicable la declaración de derechos humanos, es necesaria una premisa; exactamente esa, un ser humano. Considerar al otro un ser humano, y por tanto con derechos.

Si lo llamamos primero asesino, o terrorista, o inmigrante, u ocupante, o agresor... estamos poniendo por delante el adjetivo, y olvidándonos de su sustancia frágil. Para los Israelíes, Palestina no es un país, es un estorbo. Y sus habitantes igual. Si se están quietos no cuentan, y si no se están quietos son terroristas. En ningún caso humanos.

Para Palestina, Israel no es un país, es un insulto, y sus habitantes una amenaza. En ningún caso humanos. Consideran cuestión de honor el coche bomba, el cohete y las granadas de mano. No tienen tanques y aviones. Si tuvieran tanques y aviones no se le llamaría terrorismo, se le llamaría guerra y sería más digno.


El soldado del que hablas ha mirado hacia adentro y se ha reconocido. Es un primer paso pero no llega.

Ahora hace falta que alguien mire hacia afuera, y reconozca a su hermano, y que por fin suelte la quijada con la que sigue golpeando su cadáver, desde hace miles de años.


Respecto al editorial de El País, tiene razón, pero tampoco sirve. La ONU, la UE y sobre todo EEUU accedieron, ampararon o ejecutaron otras invasiones de estados soberanos como defensa contra el terrorismo, ahora Israel puede esgrimir el mismo argumento. Además, Gaza lleva muchos años siendo una prisión al aire libre, un campo de concentración con las fronteras cerradas, sin agua y con mínimos recursos sanitarios. Si la ONU, UE, etc... no actuaron antes contra aquello, ¿de qué iba a valer que lo hicieran contra ésto? Después de todo, la única diferencia es la velocidad con la que se extermina a un pueblo.

El Alde dijo...

En fin. Es increíble que los seres humanos lleguemos a esos extremismos simplemente por una idea. A veces perdemos el sentido de lo racional.

¿Para cuando el libro? Yo ya estoy preparado.

Besos

alba dijo...

Entre ayer por aquí y me quedé sin palabras. Hoy he vuelto con la esperanza de poder añadir...

...Nada. Ante situaciones como ésta me siento impotente. Quisiera gritar, gritarle al mundo todas sus atrocidades, pero tengo un nudo en la garganta.

Un dulce beso, Princesa. Tengo un regalito para ti en mi rincón. Espero que supla esta imposibilidad de decir algo.

coco dijo...

Bueno, y si no, siempre nos quedará París...

Anónimo dijo...

Me gusta doblemente que no sólo seas una princesa de hojalata, tan exquisita y poética, sino, además, también una princesa de los desheredados, de los oprimidos, de los masacrados, eres la princesa de los que sufren. Diría que esa expresión te describe muy por encima de otras: eres la princesa de los que sufren. La princesa de tus enfermos terminales. Que tengas un buen año y que seas feliz. Y si no lo eres, al menos, sigue haciendo más felices a los demás. Mucha suerte en lo porvenir.

Ojalá existieran, en cambio, lanzagranadas de besos, obuses de caricias, bombarderos que dispararan tartas de manzana...

Angéline dijo...

Qué bonito lo que dice tarta de manzana. Yo también creo que eres una gran Princesa, pero eso ya lo sabes, tus post lo reflejan sin ninguna duda. Y qué interesante reflexión la de Balcius. Precisamente ayer viendo una foto terrible de los bombardeos en Gaza pensé que la cordura es este conflicto es lo de menos, ambos lados parecen olvidar que no son más que seres humanos. Politizando o fanatizando el derecho a la vida. Un beso, Princesa. Yo también te deseo un año muy especial, brillarás. (El lunes empezamos con I.T. Alde y yo ya estamos preparados. Envié un ejemplar a Molly a Australia, a ver si se anima y nos comenta algo. Le llegó hoy)

princesadehojalata dijo...

Gracias a todos por los comentarios, que completan el post de forma fantástica.

Ay tarta, tarta, qué cosas me dices...Mucha suerte para ti también.

Besos.

(mañana empiezo con I.T. yo también)

E. Garrigó dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
princesadehojalata dijo...

No entiendo lo de Vila no Villa Carlo, a qué te refieres?

Saludos.