(Fragmento extraído de "Dejad que baile el forastero" de Jaime Priede)
.
.... Pero es a Rusia adonde quieren ir Ray y Tess. En Septiembre de 1987 le diagnostican un cáncer de pulmón. Cuatro meses después el cáncer se manifiesta como tumor cerebral. Renuncia por dos veces a que el bisturí le abra el cerebro. Siete semanas de radioterapia y de nuevo, a principios de Junio, los tumores vuelven a aparecer en los pulmones. Durante ese mes de Junio desayunan leyendo a Chéjov. Tess lee en voz alta. Ray vuelve a leer ese fragmento la misma tarde. Descubren a otro Chéjov dentro de Chéjov, como si avanzara hacia ellos entre los cuchillos de untar la mantequilla. Tess lo pasa a máquina y Ray lo incluye en Un sendero nuevo a la cascada, su último libro de poemas. No reciben visitas, no se lo cuentan a nadie. Pero conducen hasta Reno y se casan. Una capilla con un enorme corazón en la ventana rodeado de pequeñas bombillas doradas y un letrero que dice: SE HABLA ESPAÑOL. Una jornada alegre y vacía. La sensación en bruto de vivir una vida sin engaños. A la vuelta, se dan prisa por terminar el libro en que Carver incluye a Milosz y Chéjov. Quieren terminar a tiempo de realizar un viaje a Rusia para visitar la tumba de Chéjov. Pero no hubo tiempo. O sí. Con Ray en el lecho de muerte, la cama de ambos, Tess le promete realizar ese viaje por los dos. Estaré allí antes que tú. Ahora viajo más deprisa, le contesta con una sonrisa.
1 comentario:
Tu forma de extraer fragmentos de libros es parecida a tu forma de fotografiar.
Encantadora, fragmentaria, sacando del detalle borroso un nuevo Todo, tal vez más verdad.
Publicar un comentario