14 noviembre, 2012
05 febrero, 2012
Tempus fugit
15 enero, 2012
Jacques Henri Lartigue
10 julio, 2011
Llámame por tu nombre
Y he pensado mucho mientras leía la novela en los huecos, a veces tan grandes, que están presentes en el amor. La distancia física y la otra. Siempre es la otra. Ése pensar en el otro cuando no está. Y comprobar los recuerdos. El día en que apagaste una vela. Comprobado. Tu baile sexy en la cocina. Comprobado. La suavidad de tu pelo. Comprobado. Nuestros pies jugando en la bañera. También comprobado. Comprobar una, dos, mil veces aquella conversación o recordar un silencio, sostener el recuerdo cuando ya ha empezado a doler durante un segundo más, y otro y otro. Comprobar que has podido aguantarlo y no te has roto. Porque ya no te rompes al recordar. Me gustaría que lo supieras. Ya no me rompo.
"En tu situación, si hay sufrimiento, domínalo, y si queda alguna llama, no la apagues, no seas cruel. La ausencia puede ser algo terrible si nos mantiene despiertos toda la noche y ver cómo alguien nos olvida antes de lo que hubiésemos deseado no ayuda (...) No sentir nada por miedo a sentir algo es un desperdicio." Página 249
Llámame por tu nombre. Ondulante. Ponerse la ropa del otro para ser el otro. Las vidas paralelas. Saber casi de repente que cada amor tiene su hueco, que los amores no se solapan ni uno borra el anterior, porque también es mentira eso de que un clavo saca otro clavo. Y además es una frase tan fea. Comprobado.
"La mayoría no podemos evitar vivir como si tuviésemos dos vidas, una es la maqueta a escala y la otra es la versión final y luego están todas las adaptaciones intermedias. Pero sólo hay una, y antes de que te des cuenta, tienes el corazón gastado (...) Ahora sientes pena. No envidio ese dolor. Pero sí envidio que puedas sentirlo ahora." Página 250.
Condensar un libro en dos páginas, como se condensa el amor en un gesto. Comprobar el gesto. Ratonerías sin fin a tu vuelta.
02 junio, 2011
Ahora te vas a quedar dormida
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.
No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.
El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.
Y sin embargo puede
soportar el peso inexorable
de lo que no existe.
Roberto Juarroz
13 abril, 2011
¿Casualidad o destino?
05 marzo, 2011
Texto escrito sin querer
No sé cómo se hace. Odio la frase El tiempo lo cura todo. Es mentira. El tiempo pasa y de repente un día todo duele exactamente igual que al principio. Vas por la calle pensando tengo que comprar esto o lo otro que no se me olvide llamar a X y de pronto te cae encima, porque algo te recuerda su voz, su olor, si es eso, el olor de su colonia entra por tus fosas nasales, se absorbe por la mucosa y viaja al cerebro pero esquiva las neuronas que se encargan de procesar los olores y decir es un olor a madera quemada o aquí huele a Inglaterra y llega hasta el lugar donde guardas tus recuerdos más bonitos, los revisa a una velocidad increíble y se queda justo frente a ése, al de aquel día en que te dijo que para ser feliz bastaba con tener unos calcetines azules. Y luego compras eso o lo otro y llamas a X y el día es como pensabas pero tú sabes que ya nada es igual porque cincuenta mil neuronas que están ahí dentro en la parte más profunda de tu cerebro están sacando brillo a ese recuerdo tuyo tan bonito, tan bien guardado.