06 febrero, 2006

Si alguna vez...

Si alguna vez no hubieses existido,
si el calor de tus muslos no me hubiese
buscado como un látigo preciso
y mis ambigüedades electivas
-los días más oscuros de mí mismo-
no te hubiesen tenido como saldo
de afirmación o excusa,
es posible
que este volver a casa en soledad
y demasiado pronto,
me recordase ahora un poco menos
al joven que apostaba por el mundo,
con el mundo a su espalda.

Sólo el amor es duro.
Metidos en la noche, regresando
entre la potestad y la mentira,
hablamos del poder o de los sueños
al hablar del abrazo.
Y no lo sé tal vez, no sé si me recuerdo
prisionero de un cuerpo o libre junto a él,
buscando salvación o en servidumbre,
miserable y maldito, pero atónito.

Quizás sólo se trata de que no estás aquí,
de que perder es duro para todos
y el amor me hace falta, como sabes.
Quizás contigo estuve
tan demasiado cerca de tu reino,
que necesito ahora desmentirte,
utilizar los trucos que uno tiene
para poder seguir.

Porque somos así seguramente,
huellas equivocadas,
solitarias hogueras de un camino,
paraísos de cuatro habitaciones
que sólo se comprenden
después de haber firmado muchas veces,
precisamente ahí,
donde pone El viajero.

Y a mí, ya que prefiero escoger mis derrotas,
quiero que me recuerdes derrotado,
como quien algo espera
más allá de los tiempos y los hechos.
Quizás porque haga falta haberlo presagiado
o porque, en todo caso, nadie sabe
dónde acaban los sueños.


Luis García Montero

7 comentarios:

princesadehojalata dijo...

Este poema lo colgué hace un par de días y hoy he comprobado que había desaparecido misteriosamente del blog, como si su presencia no hubiera existido ... pero no me resisto a que desaparezca y he decidido volver a colgarlo. A ver si ahora se queda.

princesadehojalata dijo...

Javier, esto que escribes me recuerda a una de mis frases de cabecera: "La adversidad es necesaria" y a un artículo que leí acerca de las Olimpiadas. El autor decía que estaba harto de ver las fotos de los vencedores, que el triunfo siempre se celebra igual y que además de él se aprende poco. Eran las fotos de los perdedores, la imagen del fracaso, lo que le interesaba.
Acabo de hacer un experimento. He buscado "fracaso" en google, obteniendo 2.710.000 entradas. Haciendo lo mismo con "éxito" se encuentran 13.400.000. Significativo, no?

princesadehojalata dijo...

No sé porqué pensé que te llamabas Javier! Será porque en mi tierra es un nombre muy común. Entonces, cómo te puedo llamar?
A mí me gustan los diarios, por lo mismo que a tí, me ayudan a pensar. Veo que eres un trapiellista en toda regla! todos sus diarios leídos! yo no llego a tanto (lo descubrí hace poco) pero su discurso me gusta mucho. Me convence. Leí su novela "Los amigos del crimen perfecto" y me tuvo entretenida pero nada más. Mañana voy a coger de la biblioteca "Una estancia holandesa" de José Jimenez Lozano (otro diarista prolífico). Lo has leído? Si te apetece que lo leamos a la vez me avisas. Seguiremos conversando, un placer.

princesadehojalata dijo...

Jose Angel, ya tengo el libro. Lo leeré este fin de semana, si te parece la semana que viene lo comentamos.
PD: si por amigo común te refieres a Francisco (Pachi) Aranguren, bingo. Si, soy navarra.
Un abrazo.

francisco aranguren dijo...

Si os parece, yo también lo leeré. Estoy encantado de que os hayáis conocido. Un abrazo a los dos.

Gatito viejo dijo...

Interesante tertulia la que se ha establecido en este rinconcito. Me sumo a la admiración suprema hacia Trapiello. Estaré pendiente de vuestras recomendaciones.
Saludos

francisco aranguren dijo...

Vuelvo sobre estos versos y los separo para que cobren una riqueza de sentido: "nadie sabe dónde acaban los sueños" es una invitación a seguir soñando. Soñar o esperar, vivir como en un renovarse de proyectos, "como quien algo espera más allá de los tiempos y los hechos". Ese "quizás contigo estuve demasiado cerca de tu reino", que me recuerda la necesidad de misterio y distancias en cualquier relación. Y ese misterioso "hablamos del poder o de los sueños al hablar del abrazo", que parece que fuera una pregunta: ¿qué es abrazar? ¿desde dónde abrazo yo? ¿desde la carencia, para apoderarme de otro? ¿o desde el deseo de lo soñado?...